lunes, 15 de septiembre de 2008

Un ángel y un duende

Es el temple de unos ojos arcanos,
Único pontífice de un sueño unido.
Horizonte que separa nuestras manos,
Valle de estrellas que vigilan el nido.

A cuestas llevo ya, varias partidas.
Una lágrima tuya me quema el corazón,
Silencio en la noche, letras, deshazón,
Cuerpo que en la agonía encontró vida.

Un ángel del norte, un duende del sur.
Entrañable historia en la ciudad,
Se oye el canto lejano, se que eres tú.
Mi triste ángel, ya no te puedo ciudar.

Ya no tengo tréboles para regalar,
Ya no soy aquel, alegre y sin cordura.
Mi enana risa jovial no encuentra cura
Que dé contigo y tus alas poder sanar.

Teatro lleno de trampas y brujerías,
Es en silencio como llora el violín.
Amiga, ángel, mujer perdida en la lejanía.
¿Como termina la historia? ¿tiene fin?

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