jueves, 1 de octubre de 2009

Agonizando

Viento nocturno, perdidos en la bruma
van aquellos ímpetus, impulsos desechos
de un sueño hermoso que muere
pero no muere
que renace de las tristezas más hondas,
en los más fríos ríos que un ser alberga.

Los canarios en las minas no paran de llamarte,
el color de sus plumas palidecen.
Sus cantos más lóbregos no paran de llorarte,
sueño hermoso, sueño agonozante.

Mares culpables, ondulan en el viento
esos besos que torturan, ojos negros
posados en la muerte que quiere
pero no quiere
que cada día vuela más y más lejos
y anida, sobre terrenos olvidados en el mar.

Son mis cantos, ahora, que no quieren olvidarte
y mis ojos aquellos que no cierran.
Son mis cantos para siempre la llama ardiente
de aquellos sueños nuestros que al cielo volverán.