miércoles, 17 de septiembre de 2008

Lunes

Lunes. Que feo día el lunes. La cerveza ya cansa y el hígado flojea por momentos. Mañana será otro día. Hace tiempo que no llueve, las plantas no se renuevan. Extraño mi mugre, tu mugre, una a una de las migas del camino. El hastío chorrea por los declives del trabajo, por la ventana entra el gris de las nubes. Quiero follar a una rubia de ojos celestes, si son verdes mejor. Tendría que agarrar unas cuantas piedras y empezar a lanzarlas contra alguien o algo creado por alguien. Alguien no está, ya se fue. Quiero comer comida turca, no sé porqué, ni siquiera tengo hambre. En realidad quiero tantas cosas y en realidad tampoco las quiero, llegado un punto todo es igual. Quiero follar una rubia de ojos claros. ¿Quién eres? En una ocasión me dijiste “acá o en ningún lado” bueno en realidad “here or nowhere” “Pero estamos a dos calles de casa” dije. “Here or nowhere” Lo hicimos en la calle. Eras rubia de ojos claros. Un poco de cerveza y calma, todo irá como el río, sucio, limpio, rápido, lento, poético, ordinario, yo que sé. ¿Dónde está el puente? Me tiraría en el acueducto, relegado del humo, a la orilla del río con una caña a esperar que la carnada sirva para algo, no creo que sirva, el agua siempre se la lleva, pero intentarlo es gratis. Algo gratis. Tus ojos claros llenos de dudas, tus piernas firmes chocando contra mí. Un yo grotesco, libre, esclavo. Tantas palabras: misantropía, ética, amor, filantropía, psiquiatría, hardware, atorrante, homo sapiens. Que desperdicio de energía. Alcohol rectificado, uf, toma tú. El dinero se agota, no hay estupefacientes, no hay comidas costosas, no hay chicas normales, no hay regalos impertinentes. Ya es de noche, iré por una cerveza.
En casa me espera una chica rubia de ojos celestes o tal vez verdes (no se diferenciar). De todas formas, sigo pensando que el lunes es un día espantoso.

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