martes, 28 de octubre de 2008

Tu mano entre mis manos.

Perderme en una playa hundida
En el céfiro esplendente de torpeza.
Es tu cuerpo enredado en la maleza
El cruel intento, la breve lluvia entrometida.

Sube el piñón a donde nadie sube,
A donde nadie querrá anidar
Y es por eso que se pierde en la espesura
El inerte ensayo de llegar,
A un lugar sin horizonte, más allá del mar.

Se mueven las olas sobre la arena blanca
Entre las piedras se funde la quimera,
Como el humo de un cigarro centellean
Tus pasos rotos sobre limpias mantas.

Baja hasta el claustro la llama apagada,
Trastabilla alagada por el viento.
Y sufre, y goza, y vive en desierto selvático
El antojo infrecuente de un recuerdo
Viendo entre tus ojos el caminar lento.

2 comentarios:

javicg dijo...

No suele gustarme la rima más allá de los versos medidos, pero está bien aquí, da cierto ritmo a esas "olas sobre la arena blanca".

Un saludo.

Anónimo dijo...

No entiendo todo,pero escribes agradable.Es muy bien.