domingo, 28 de septiembre de 2008

Ojalá pudiera verte caminar

Es que en realidad nunca fui bueno
para nada,
y quiero a una mujer porque no me quiere
y si me quiere no la quiero,
tal vez si la quiero, pero
nunca como tendría que quererla.
Creo, a veces, que debe ser culpa
de la lluvia
que cae por las calles pintadas de gris
opaco como un sol de noches tristes,
un relámpago de otras trascendencias
donde vuelvo a sentirla, a quererla.
Y tu ya sabes que no soy bueno,
si, para nada
pero puedo quererte como nadie
y odiarte como tanto quieres
que te odien y llenen de miseria febril,
de un canto noble, un querer sin título.
Cada día me vuelvo más y más adicto
a verte caminar
y ver en tu reflejo mi alma perdida
mis noches quebradas a la mitad
por una más de mis idiotas mentiras
las cuales me salvan, me dan libertad.

martes, 23 de septiembre de 2008

Con las manos esposadas

El humo del cigarro del oficial Pérez es horrible, me causa nauseas. La tarde está nublada y un hilo húmedo flamea en el viento. El dolor en mis costillas parece desaparecer en ocasiones, observando a los niños que juegan al fútbol, a través de la ventana del coche.
-Ya estamos por llegar piltrafa- me dice el sargento Vidal desde el asiento delantero.
-Más te vale que cantés quién es este hijo de puta- agrega Pérez.
Me golpea con contundencia en el pómulo izquierdo.
-Si señor. Ya le he dicho que se lo diré.
El silencio de las calles es ensordecedor. Todos caminan mirando el suelo, hasta los perros parecen estar mudos.
-En este edificio vive-digo señalando con las manos esposadas.
-A las dos de la tarde. ¿Estás seguro pendejo?
-Si señor. A las dos.
El sargento Vidal tiene cara de victoria, éxito profesional. Ya estoy aburrido de odiarlos, cansado. Estacionan el coche enfrente al edificio. El conductor abre una caja de cigarros y convida a los otros dos. Vidal saca su revólver apoyándolo en su pierna.
Quedo mirando el vacío, pensando en mi suerte, en la derrota inminente, la desesperanza, el sufrir de mi familia, en los sueños de mi promiscua adolescencia que hoy están aniquilados.
Pérez me parte la cara, otra vez.
-Despertate gil- me dice.
El cielo empieza a despejarse. Ahora el sol alumbra el rocío de otoño sobre el pasto amarillo. Mi nariz no deja de sangrar.
El sargento carraspea y agrega:
-Che, abrí bien los ojos que ya son casi las dos.
-Si señor.
Apoyo mi cara contra el vidrio de la ventanilla. Veo que hay más gente en las calles y ya no tengo la sensación de que todos miran al suelo. Me pierdo en la idea de ser libre.
Ahí está. Es ella, si, es ella. Sale del edificio, sola, caminando lentamente. Viste de negro. Su rostro denota tristeza e impotencia, su belleza impenetrable tiene la misma rigidez de siempre. Diana es su nombre, y es mi musa, mi alma y mi vida, escudo y salvación.
Abro mis esposas y salgo del coche. Camino hasta ella con pasos sigilosos para que no me escuche. Toco su hombro con mi dedo índice, ella voltea, me mira exaltada. Una lágrima cae por su rostro, otra lágrima cae por mi rostro. Me abraza feliz, la abrazo feliz. Nuestras manos se juntan y empezamos a caminar entre la gente silenciosa. Somos libres. Sin decir una sola palabra nos perdemos detrás de una esquina sin mirar atrás.
El humo del cigarro del oficial Pérez es horrible, me causa nauseas.
-¿Demorará mucho Nachito?- pregunta el sargento, serio y sarcástico.
-Capaz que sí.
Voltea torvo, y su mirada choca con la mía.
-¿Cómo?
Pérez lanza una bocanada de humo en mi cara. Río.
-Que ya no me acuerdo quien era esa persona. Nunca lo supe.

lunes, 22 de septiembre de 2008

El "Che" Guevara


Les dejo un pequeño articulo de este gran personaje.

Segmento del diario del Che antes de su captura y posterior muerte.

OCTUBRE 7. Se cumplieron los 11 meses de nuestra inauguración guerrillera sin complicaciones, bucólicamente; hasta las 12.30 hora en que una vieja, pastoreando sus chivas entró en el cañón en que habíamos acampado y hubo que apresarla. La mujer no ha dado ninguna noticia fidedigna sobre los soldados, contestando a todo que no sabe, que hace tiempo que no va por allí. Sólo dio información sobre los caminos; de resultados del informe de la vieja se desprende que estamos aproximadamente a una legua de Higueras y otra de Jagüey y unas 2 de Pucará. A las 17.30, Inti, Aniceto y Pablito fueron a casa de la vieja que tiene una hija postrada y una medio enana; se le dieron 50 pesos con el encargo de que no fuera a hablar ni una palabra, pero con pocas esperanzas de que cumpla a pesar de sus promesas. Salimos los 17 con una luna muy pequeña y la marcha fue muy fatigosa y dejando mucho rastro por el cañón donde estábamos, que no tiene casas cerca, pero sí sembradíos de papa regados por acequias del mismo arroyo. A las 2 paramos a descansar, pues ya era inútil seguir avanzando. El Chino se convierte en una verdadera carga cuando hay que caminar de noche.
El Ejército dio una rara información sobre la presencia de 250 hombres en Serrano para impedir el paso de los cercados en número de 37 dando la zona de nuestro refugio entre el río Acero y el Oro.La noticia parece diversionista. h-2,000 ms.


El 8 de Octubre fueron sorprendidos en la Quebrada del Yuro. El Che Guevara ordenó dividir el grupo en dos, enviando a los enfermos delante y quedándose con el resto a enfrentar las tropas del gobierno. Harry Villegas (Pombo), uno de los cinco sobrevivientes, cuenta así ese momento crítico:

Yo pienso que él pudo escapar. Pero traía un grupo de gente enferma que no se podía desplazar a la misma velocidad que él. Cuando el ejército comienza la persecución, decide pararse y dice a los enfermos que sigan. Entretanto el cerco se va cerrando. Sin embargo, los enfermos logran salir. O sea el enemigo fue más lento que los enfermos. A los que venían en la persecución directa, el Che los aguanta. Cuando él va a continuar, el cerco se cerró y entonces se produce el enfrentamiento directo. Pero si él hubiese salido con los enfermos, se habría salvado.

Otro adiós

Hueles como los ángeles deberían oler.
Un adiós arcano
De tus labios vivos
En tus palabras marcadas por el viento.
Llueve en los tejados y ya no estás.
La ebriedad de un cuerpo suave, brillante
Válvula de magia.
Mujer ajena, amor tierno-violento.
Pétalos de fresa por tu boca caen
Nuestra guiñada se evapora
Como los viajes.
¿Es la vida tan bella como parece?
¿Es la vida tan cruel como se siente?
La noche me dice que viva
La noche me llevó hasta ti.
El sonido en el tejado te hace distante.
Aquí estás
En la mugre del cuarto, en palabras de un borrador
Las huellas en la madera
Las notas del radio grabador
El sudor en las paredes
Adentro de un soñador.

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Lunes

Lunes. Que feo día el lunes. La cerveza ya cansa y el hígado flojea por momentos. Mañana será otro día. Hace tiempo que no llueve, las plantas no se renuevan. Extraño mi mugre, tu mugre, una a una de las migas del camino. El hastío chorrea por los declives del trabajo, por la ventana entra el gris de las nubes. Quiero follar a una rubia de ojos celestes, si son verdes mejor. Tendría que agarrar unas cuantas piedras y empezar a lanzarlas contra alguien o algo creado por alguien. Alguien no está, ya se fue. Quiero comer comida turca, no sé porqué, ni siquiera tengo hambre. En realidad quiero tantas cosas y en realidad tampoco las quiero, llegado un punto todo es igual. Quiero follar una rubia de ojos claros. ¿Quién eres? En una ocasión me dijiste “acá o en ningún lado” bueno en realidad “here or nowhere” “Pero estamos a dos calles de casa” dije. “Here or nowhere” Lo hicimos en la calle. Eras rubia de ojos claros. Un poco de cerveza y calma, todo irá como el río, sucio, limpio, rápido, lento, poético, ordinario, yo que sé. ¿Dónde está el puente? Me tiraría en el acueducto, relegado del humo, a la orilla del río con una caña a esperar que la carnada sirva para algo, no creo que sirva, el agua siempre se la lleva, pero intentarlo es gratis. Algo gratis. Tus ojos claros llenos de dudas, tus piernas firmes chocando contra mí. Un yo grotesco, libre, esclavo. Tantas palabras: misantropía, ética, amor, filantropía, psiquiatría, hardware, atorrante, homo sapiens. Que desperdicio de energía. Alcohol rectificado, uf, toma tú. El dinero se agota, no hay estupefacientes, no hay comidas costosas, no hay chicas normales, no hay regalos impertinentes. Ya es de noche, iré por una cerveza.
En casa me espera una chica rubia de ojos celestes o tal vez verdes (no se diferenciar). De todas formas, sigo pensando que el lunes es un día espantoso.

lunes, 15 de septiembre de 2008

¿Mía?

Sentir que no eres mía
y sin embargo lo eres.
Tu piel tan tierna sería,
Es otro lugar, que muere.

Sentirte por momentos en mis manos,
Decirte al oído que amo caer contigo.
Lluvia sombría, no hablemos de amarnos
Naufragio en la niebla, busqueda de abrigo.

Sentir que ya eres mía,
y sin embargo no serás.
Fugaz eternidad teñida
En noches que no volverán.

Sentir a veces la suave ráfaga azul,
Que invoca sonrisas más alla del mar,
Voces lejanas, tiempos, fondo del baúl.
A través de un recuerdo ebrio, ya verás.

Sentir que estás viva,
Mujer que resplandece
Llena de verde y melodías,
Irradias angustia, creces.

Siento que el mundo nunca alcanzará,
Y que tu belleza no siempre es real,
Calle de ensueños, motivo para cantar.
Tuyo es el movimiento en el boulevard

Compañera, complice, amante,
Aquí dejo mis letras, para tí.
Aquí te doy todo, hasta mi sangre.

Un ángel y un duende

Es el temple de unos ojos arcanos,
Único pontífice de un sueño unido.
Horizonte que separa nuestras manos,
Valle de estrellas que vigilan el nido.

A cuestas llevo ya, varias partidas.
Una lágrima tuya me quema el corazón,
Silencio en la noche, letras, deshazón,
Cuerpo que en la agonía encontró vida.

Un ángel del norte, un duende del sur.
Entrañable historia en la ciudad,
Se oye el canto lejano, se que eres tú.
Mi triste ángel, ya no te puedo ciudar.

Ya no tengo tréboles para regalar,
Ya no soy aquel, alegre y sin cordura.
Mi enana risa jovial no encuentra cura
Que dé contigo y tus alas poder sanar.

Teatro lleno de trampas y brujerías,
Es en silencio como llora el violín.
Amiga, ángel, mujer perdida en la lejanía.
¿Como termina la historia? ¿tiene fin?