El mundo
parece estar a kilómetros de distancia,
A las tres de la mañana.
Suspiros que duermen en voz baja,
Como mi voz que piensa y siente,
Pasea, solloza,
Calla.
La escucho acariciarme el cuello
y la cara.
Es por ella que no estoy tan
solo,
Es por ella que las cosas
permanecen a flote.
Estrella de pelo negro y piel
espumosa,
Arrúllame y sálvame.
Háblame.
En una noche más negra que ninguna,
Caen las lágrimas como caricias por
el suelo,
Y se quiebran
Todas aquellas cosas
Acostumbradas a no quebrarse,
Pobre estrella roja, triste aliento
de mar lejano.
Otro viento que anuncia el fin de
los sueños,
Donde se pierde la más bella de
las ilusiones.
Tus manos en mis manos,
Y los rescoldos de mis ojos en
tus ojos.
Caigo y seguiré cayendo,
En el manto desgarrado de la más
fiera humanidad.
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