viernes, 25 de noviembre de 2011

Lona

Con la tristeza cayendo en gotas me ubico,

detrás de cinceles y entramados de cenizas,

a invocarte en frases y abrir puertas rotas de par en par.

En la ventana el mundo, sin viento y sin nada.


¿Quien afirmaría que el tiempo corre?

que ya no estás conmigo,

que todo se derrumba,

sin Ángeles que cuidarnos y ciudades que nos tengan.

Las estrellas inmóviles como el olor de un libro nuevo,

serenos caen los latidos en el alma.

Se me antoja que ya no habrá nada al despertar.


Que no suenen los relojes,

que no suene la ciudad. Un antiguo verso,

una mirada que se pierde en un bar.

Arena. Humo. Tu piel tan blanca como el mar.

¿Qué más triste que este canto de sirenas?

El nido roto por la lluvia,

como el soplo errante de mis profundidades.

Fracaso de hombre bueno,

la condena sin condenar.

Adiós me dice. Adiós le digo.

Lloro y canto, me levanto, pero ya no me puedo levantar.

1 comentario:

Coriano dijo...

este tipo de poemas ayuda a tomar luego de la duda y la duda otra vez se hace la luz y se te termina tomando aquella que viene de lo mas profundo esa que no nos deja vivir un dia pare y da a luz suerte. CELESTE