jueves, 8 de enero de 2009

Partir (2º parte)

Ya falta poco para mi segunda despedida...

jueves, 18 de diciembre de 2008

Copla sureña

Entreabiertos los ojos del mañana
Observan atentos el sonido de las olas.
Somnífero como el intento nulo de viciar
El sopor estúpido de la caída, lejanía.

Derrochando caen las gotas por cabellos más que negros,
Como un sueño, deseo, anhelo, dueño del avance
El camino palpitante, perdido en cerros trasnochados.

Todo se resume en una pantomima vivaz,
Que ensaya una y otra vez la necedad,
Esa adicción a tus curvas y sonidos oscuros,
Ese sentimiento de que nada terminará.

Pequeña son las letras para tal sentimiento-sensación.
Nunca una carta, poema, canción podrá tocarte
Como mis manos de invierno en busca de salvación.

Del amor se desprende esta copla,
Que trata de llegar a destino firme
Para volver a tocar tus suaves manos
Y al ver tu sonrisa nunca volver a irme

martes, 16 de diciembre de 2008

Además de unas fotos...

Cuelgo un poema de una persona que quiero mucho.
La vida es solo un cúmulo de pequeños obstáculos
Que van pasando
Pero siempre hay aquellas personas
Que te ayudan, te comprenden y te quieren
Para poder seguir adelante
Eres TÚ

Si he tenido algún problema
Si he caído y no me podía levantar
Si he llorado sin pena alguna
O si no había persona con quien hablar....

Me has ayudado a reconstruir un mundo que creía haber perdido
Me has ayudado a ser feliz con lo que tengo
Me has ayudado a saber que no habrá mejores personas.
Eres TÚ

Aunque los kilómetros nos separen
Aunque la vida nos haya separado
No quiero que dejes de pensar
Que nuestro amor es para siempre.

No tengo palabras, no tengo lágrimas
No tengo ni siquiera maneras
Para explicar lo que siento
Solo decirte que lo primero que haga en verte
Será correr hacia a ti y abrazarte
Diciéndote todo lo que te amo.

jueves, 11 de diciembre de 2008

Declaratoria de la dependencia

Desde hace un tiempo ya, estoy pensando en cómo poder escribir este tipo de sentimiento que no tiene principio ni fin. No sé si la siento lejos, si es el aire de un hemisferio a otro, si ya no puedo sentir sin sus cálidos abrazos rodeándome el torso, o qué. El tema es que me acostumbré a sus risas, sus ruidos, sus andares, su olor a estrellas, sus suspiros, su incesante deseo de hacerme sentir bien.
Hoy la noche es húmeda, bastante silenciosa. A veces un solo día parece una eternidad, empedernida en su lentitud, y sin embargo, la anhelante avidez de volver a verla a ella y sus cosas (las cuales me esperan donde antes, y no falta mucho para el reencuentro), crea un bienestar inquieto que vibra en la lobreguez de mis sentimientos más hondos, regalándome claridad. Es la primera vez en mi corta existencia que sé lo que quiero, quiero unión.
Te he entregado mi libertad para que la cuides. Mis poemas, mis cuentos, las canciones que escucho, mis sueños serán solo para vos. No puedo amar nada que no esté ligado a ti, en toda belleza mundana te encuentro tibia y expectante, cada respiro es un paso que me acerca más a ti. Ojala pudiera sentir el suspiro de tu risa en mi cuerpo. Te amo. Mi corazón es fiel y es tuyo.
De todas formas sigo odiando al mundo. A veces creo ser feliz pero la sensatez, efímera y devota de mi alma perecedera, me recuerda lo breve que puede llegar a ser todo. Y es ahí donde nace mi amor: contigo nada muere. El sueño nunca se deblita, se empeña en crecer y crecer. Algo así tiene que ser un buen síntoma. No me importa donde terminemos, si pobres o enriquecidos, si en Brasil o Sudáfrica o las islas filipinas, si tristes o alegres, siempre y cuando estemos juntos.
Desde el otro lado del mundo, estoy a la espera de volver a verte, de dormir en tus manos, de hacerte el amor, de morir en tu mirada.
Hasta pronto.

jueves, 27 de noviembre de 2008

Volver

Ya falta poco para mi regreso.

sábado, 15 de noviembre de 2008

Tus ojos, tu risa, tú...

Me siento muerto cuando veo que no ríes,
Y causo en ti algo que no tendría que existir.
La llama siempre esta viva en el viento
Que llega ardiente a caer en tus ojos de vidrio.
Tengo que irme sin querer irme del todo,
Mis ojos no miran a ninguna otra parte
Que no sea este camino que sembramos juntos
A la espera de un sueño, un sueño blanco.
Para ti son mis letras que flotan en las olas,
Mágico mareo que la vida creó en tu tierra.
En mi tierra esta mi verde y mis acentos,
Mis nostalgias, amigos, algunos rencores.
Faltará la más dichosa de mis extrañas cosas,
La insuperable parte del alma ajena
Que lleva tu cuerpo, tu risa, tu ingenio.
Una a una de las cosas que tu amor ha traído.

¿Cómo puedes pensar que no eres bella?
Amor mío,
Tú eres mi belleza,
La más preciada luz de mi ser sombrío

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Pequeño ensayo de un sueño y la inspiración

La página está en blanco. La noche no se llena, el vaso está tupido, las luces se encienden y se apagan. No llega la musa, está viajando por islas de sirenas, por lunas de otros astros. La máquina no se mueve, los dedos no se mueven. La habitación se hunde en opacos transes de amenidad. El aire es denso, carente de tacto. La música se escucha lejana; su canto trova algo relacionado al mar, los héroes, los faros, amores quebrados, golpes certeros, mugre escondida en el pasar del tiempo. La página sigue en blanco, los dedos se aburren con la espera. Los cuadros, las imperfecciones de la pared, los muebles, los microorganismos y el polvo observan impacientes, observan mi mente centrada en algo que no llega. No llega. No llega. El mar se aleja, la noche es absorbida por el sol.
Estoy solo en frente a una hoja en blanco. No puedo hacer lo que sé hacer.
Desespero.
Escapo.
La busco.
Me muero.
-¡No te encuentro! ¿Dónde estás?
-Tranquilo. Aquí estoy. ¿Qué te pasa?
-Estaba soñando, creo.
-¿Estás bien?
-Si. Tengo que seguir buscando.
-¿Qué?
-No importa. Estoy delirando.
-Ah.
Silencio en la cama. Respiración.
La página está llena. La noche se llena, el vaso está vacío, las luces se apagan y se encienden. Llega la musa, viene en barcos de oro y plata, entre sueños humanos. La máquina se mueve, los dedos se mueven. Opacos transes de amenidad colman la habitación. El aire es fresco, lleno de sensaciones. La música se siente cerca; su melodía narra un todo de fuego, antihéroes, naufragios, amores nacientes, caricias efímeras, pulcritud desenvuelta en la ruptura del tiempo. La página se mueve como el mar, los dedos nadan en las olas. Los cuadros, las imperfecciones de la pared, los muebles, los microorganismos y el polvo participan tranquilos, participan en mi mente en la creación de algo que está por arribar. Arriba. Arriba. El mar arriba, la noche atiborra de serenidad el soleado atardecer.
Estoy solo en frente a una hoja en movimiento. Hago lo que mejor sé hacer.
Sereno.
Descargo.
La encuentro.
Me llena de vida.