miércoles, 3 de octubre de 2012

Pendiente lagrimosa



Cayó una gota triste en un estanque vacio.
Recorrió los suelos entre hongos y el polvo añejo,
Y se fue secando, apagando con las luces frívolas
De cuando todos desaparecen. Nada se transforma. Nada existe.

Desvístete estrella que se esconde en una quimera.
Vuela y ven a mí, pacientemente estaré esperando,
Eterno el sueño de esta mente mil veces perdida
Que errante avanza entre los caminos del olvido

Vacio omnipresente que sofoca cada nido,
Son tuyas las balas de esa antigua perfidia
Que perdura en lo más hondo del lacerado espíritu,
Un ente lóbrego, el genio amputado y mal herido.

Entonces digo: ¡Que suenen! ¡Que sigan sonando!
Jamás atravesarán las redes invisibles,
Tensas, incansables, les estarán acechando
Mejor seria volar y ver caer la gota de paz infinita.

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