domingo, 13 de diciembre de 2009

39°C

Despertando en medio de tardes de fiebre,
Una secuela onírica es ahora
En medio de una solitaria noche,
De turbios calores y estrellas escondidas
Mi llanto más profundo,
Mi grito más que mudo,
Mi más estreñida insensatez,
El simple dolor de no estar contigo.

Serán los portazos o la fiebre,
Serán los retorcijones de la mente,
¿Quién sabe que será?
¿Quién sabe?
Parece ser que un océano nos separa,
Mis anhelos y tu risa ensoñada,
Tu inmaculado querer y mi idiotez,
Mis sueños que mueren si no te vuelvo a ver…

3 comentarios:

lauryta dijo...

Me encanta, como todo lo que escribes.Me alegra saber k has encontrado de nuevo la inspiración. Besos.

Anónimo dijo...

dicen que en el amor no hay ni océanos, ni distancias, ni guerras, ni enfermedades,los lazos son imposibles de vencer creo

shaila dijo...

Que tendran los grados que nos sacan lo que tan celosamente escondemos? Yo tambien he sentido la fiebre en alguna ocasion...
Saludos de una andaluza en londres...